24/08/2009: Circulamos a toda velocidad por el sur-oeste de Tunez en Toyotas Land Cruiser 4x4. El paisaje es desértico, explanadas inmensas a ambos lados de la carretera en el que lo único que crecen son arbustos aislados de bajo porte.
En Túnez escasean las altas montañas (la más alta no llega a los 1600 m), ante este paisaje desértico, nos aparece este cartel rojo indicándonos de "Peligro, camellos cruzando".
Llegamos a Chebika que es un pueblo de montaña fronterizo con Argelia, fue abandonado por una inundación y en él se conservan aún sus ruinas.
En Chebika se encuentra este oasis en el que abundan las palmeras, aquí dimos una vuelta para ver el oasis y desde arriba contemplar unas buenas vistas hacia Chott El Jerid.
El calor es bastante alto, antes de empezar a caminar para rodear la montaña hay puestos de venta de souvenirs y bebidas. No olvideis llevar agua fresca y protección para la cabeza si no quereis que os de una insolación.
Es muy chocante el contraste de montañas de rocas calizas sin vegetación, paisajes desérticos y en medio, este oasis de agua con una cascada.
En Túnez escasean las altas montañas (la más alta no llega a los 1600 m), ante este paisaje desértico, nos aparece este cartel rojo indicándonos de "Peligro, camellos cruzando".
Llegamos a Chebika que es un pueblo de montaña fronterizo con Argelia, fue abandonado por una inundación y en él se conservan aún sus ruinas.
En Chebika se encuentra este oasis en el que abundan las palmeras, aquí dimos una vuelta para ver el oasis y desde arriba contemplar unas buenas vistas hacia Chott El Jerid.
El calor es bastante alto, antes de empezar a caminar para rodear la montaña hay puestos de venta de souvenirs y bebidas. No olvideis llevar agua fresca y protección para la cabeza si no quereis que os de una insolación.
Es muy chocante el contraste de montañas de rocas calizas sin vegetación, paisajes desérticos y en medio, este oasis de agua con una cascada.
Si hay vegetación es que hay agua, por allí bajo corría el agua proveniente del oasis.
En todo el recorrido por el Oasis de Chebika encontramos niños pequeños intentando vendernos objetos como minerales, rosas del desierto, collares, rocas, querían cambiar euros por dinares, etc. Esta es una situación que se vive a menudo, personas mayores sentadas en la calle a la sombra sin hacer nada y los niños trabajando.
En todo el recorrido por el Oasis de Chebika encontramos niños pequeños intentando vendernos objetos como minerales, rosas del desierto, collares, rocas, querían cambiar euros por dinares, etc. Esta es una situación que se vive a menudo, personas mayores sentadas en la calle a la sombra sin hacer nada y los niños trabajando.
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